Smart Contracts: Nuevos Contratos para la Era Digital

Los smart contracts (contratos inteligentes) son contratos escritos en código de computadora que se ejecutan automáticamente y de manera inmediata.

Como correlato del mundo real, podemos pensar en una máquina expendedora. Uno coloca una moneda y la máquina automáticamente entrega un producto.

Pero no se trata solo de ejecución inmediata.

Estos acuerdos están normalmente asociados a transacciones de activos digitales en redes descentralizadas.

Aunque esto es aún tema de discusión y no existe una definición universalmente aceptada, podemos considerar que los elementos esenciales de un smart contract son la autosuficiencia, la descentralización y los activos digitales.

La autosuficiencia significa que hay un conjunto de reglas que rigen una relación entre partes. El código del smart contract establece qué hacer en caso de que las partes cumplan y qué hacer en caso de que las partes no cumplan. Y estas reglas se ejecutan automáticamente.

La descentralización se refiere a que los smart contracts están típicamente asociados a la tecnología de blockchain. La red más utilizada actualmente para la ejecución de smart contracts es Ethereum.

Por último, los smart contracts funcionan con activos digitales. Estos pueden ser criptomonedas, tokens o incluso criptoactivos que represente bienes del mundo físico.

Un smart contract puede disponer de activos digitales de una determinada red.

Por ejemplo, si tenemos contrato inteligente que corre sobre la red de Ethereum, este puede disponer de ethers (la criptomoneda de la red de Ethereum) y moverlos de una cuenta a otra en función del cumplimiento o incumplimiento del contrato.

En definitiva, un smart contract es una serie de reglas que pactan dos o más partes. La diferencia con un contrato legal es la forma de escribirlo y la manera en que se ejecuta.

Un contrato inteligente se escribe en código de computadora y se ejecuta automáticamente. Un contrato tradicional se escribe en lenguaje natural y debe ser ejecutado ante un juez.

¿En qué sentido los smart contracts son relevantes para el futuro del derecho?

En nuestra sociedad digital e interconectada, aún tenemos sistemas de administración de justicia basados en tecnologías de hace varios siglos.

En un mundo en que las transacciones ocurren en tiempo real y a costos muy bajos, los sistemas de justicia son lentos y costosos.

En este contexto, los smart contracts permiten reducir significativamente los costos y tiempos de ejecución en la administración de justicia.

Si ocurre un determinado hecho, el smart contract va a disponer lo que sea que esté previsto en el acuerdo, sin necesidad de acudir a los tribunales. El mismo contrato actúa como juez y ejecutor.

La eficacia de un contrato inteligente va a depender de que sea posible programar en código de computadora lo que los abogados programan en lenguaje legal.

Yo vislumbro un futuro en que uno escriba un contrato en lenguaje natural y haya una traducción exacta a código de computadora. Esa herramienta permitiría expandir el uso de smart contracts.

¿En qué ámbitos puede esperarse mayor y menor adopción de smart contracts?

Podemos esperar una mayor adopción en todo lo vinculado al mundo digital. En especial, a lo que refiere a activos digitales como criptomonedas y tokens.

Por el contrario, podemos esperar una menor adopción en situaciones donde se requiera de algún intermediario para certificar si pasó o no pasó algo en el mundo físico.

En estos casos, siempre va a ser necesario cierto elemento de confianza que le quita autoridad al carácter autoejecutable del smart contract.

Si estoy esperando que un tercero diga A o B para que el smart contract actúe de determinada manera, se está limitando la capacidad de autosuficiencia del contrato.

Entonces, todo aquello que requiera un contacto más complejo con el mundo exterior es un candidato más lejano a adoptar smart contracts.

¿Cómo funcionan las interfaces entre los smart contracts y el mundo legal tradicional? ¿Tienen los smart contracts validez legal?

Actualmente, no hay una interfaz entre smart contracts y el mundo legal tradicional. Si, por alguna razón, yo quisiera ejecutar judicialmente un smart contract, sería preciso probar su contenido a través de los canales tradicionales.

En este caso, esto implicaría al menos una pericia informática y alguien que le pueda traducir al juez qué es lo que dicen esas líneas de código y en qué contexto se pactaron.

Los smart contracts no encajan en absoluto en el mundo legal tradicional. Incluso podría decirse que ambos son contradictorios. Precisamente, lo que se busca con un smart contract es una ejecución automática, sin necesidad de que intervenga un juez.

De todas formas, se puede analizar si los smart contracts pueden llegar a tener reconocimiento legal. Eso dependerá de las normas de cada sistema jurídico.

En el derecho argentino, el Código Civil y Comercial prevé que puedan haber contratos no formales. En estos casos, la ley no exige una forma determinada para que el contrato tenga validez y rige el principio de libertad de formas.

Desde esta perspectiva, podría interpretarse que los smart contracts tienen una forma escrita y sería perfectamente válido entre las partes.

A nivel chileno, estamos lejos de poder llegar a una implementación, porque aun no existe una educación y masificación respecto a billeteras digitales y patrimonio digital que pueda transarse por medios de este mecanismo.

Comentarios
febrero 14, 2023

Etiquetas: , , ,

Deja una respuesta